La Enfermería cubana, en cualquier lugar y sin horario fijo

Imagen1La fundadora de la enfermería moderna, Florence Nightingale, dijo: “La enfermería es un arte progresivo, en el cual permanecer inactivo es haber fracasado”, máxima que constituye reminiscencia de mi infancia, y me hace comprender la devoción de Midoris Arias Iwakys por su profesión.

Crecí viéndola vestida de blanco, y escuchándola hablar de sus pacientes como si se tratara de sus hijos, hermanos, padres, primos o todo el parentesco familiar. No necesitaba compartir el mismo ADN para salvarle la vida a alguien. Ni siquiera a nosotras nos unía la sangre, pero por suerte, mis padres le asignaron el rol de madrina para cuidar y velar por mí, debido en parte a la confianza que ella inspiraba.

Saberla cerca me hace sentir segura, por lo cual entiendo cuando desde todas partes del mundo llegan los mensajes de agradecimiento por la presencia del personal de Enfermería cubano involucrado hoy en la contención de la Covid-19.

Imagen6Consecuente con su razón de ser, que es ayudar al enfermo cuando lo necesita, Yamisleivy Santillán Almarales relata con orgullo y satisfacción el momento en que se logró trasladar a la primera paciente recuperada de la Covid-19, “después de varios días de arduo trabajo y noches de desvelo”.

No olvido su mirada ni sus palabras de agradecimiento. Me tocó precisamente a mí su traslado hacia el hogar; una vez allí y junto a su familia me dijo:

-Gracias por todo, nunca voy a olvidar todo su esfuerzo y lo que hicieron por mí… ¡Gracias!- Ese simple Gracias dejó una huella en mí que no olvidaré, pues en nuestra profesión no hay nada más hermoso y satisfactorio que devolverle la salud al enfermo, es una sensación de plenitud, de goce infinito, algo que jamás se olvida.

Aunque las estadísticas de Granada con respecto al comportamiento del virus Sars-CoV-2 no son muy alarmantes en comparación con otros países de la región, toda acción preventiva es poca.

Imagen3Hasta el día de hoy Granada tiene 12 pacientes notificados de positivos a la Covid-19, de los cuales cinco han estado ingresados en el Hospital de Saint George bajo el tratamiento y la atención de nuestras Licenciadas en Enfermería que trabajan en el aislamiento. El resto se encuentra distanciado en sus comunidades, en este caso en el Distrito de Saint Patrick.

La cooperación médica cubana en la modalidad de asistencia médica compensada inicia en Granada en el año 1998. Actualmente está conformada por 35 profesionales, y según el Doctor Dupuy, todos gozan de un excelente estado de salud y de ánimo, afirmación que corrobora Elsa Caridad González Pérez, otra de las enfermeras que no dudó en alejarse de sus seres queridos, más de lo que se nos ha exigido como medida de prevención a todos ante el nuevo coronavirus.

En este país tengo transporte garantizado desde mi casa hasta el hospital, se me garantiza la comida tanto en el Imagen5hospital como en mi casa, y en esta última tengo todas las comodidades similares a las que poseo en mi país.

Por sus manos y ante sus ojos, ahora más protegidos que nunca, han pasado en estos últimos 25 días en Granada pacientes mayores de 60 años, con patologías no transmisibles como la diabetes y la hipertensión, pero de complejo tratamiento en la tercera edad. La recuperación paulatina de ellos y su contribución a mantener en el país las estadísticas de fallecimientos a causa de la Covid-19 en cero, son las gratificaciones mayores de la villaclareña Elsa Caridad.

Ver a un paciente sonriendo mientras se está recuperando es lo mejor que me puede pasar como enfermera.

Vuelvo ahora sobre mi madrina, Midoris, quien ya no ejerce como enfermera, pero solo formalmente, porque no ocupar una plantilla en un centro laboral no significa que los Imagen4conocimientos se hayan esfumado. Como otra profesión a la que se ame, la enfermería se practica con el alma, en cualquier lugar y sin horario fijo. Midoris está en su casa ahora, cuidando de su papá enfermo y de su nieto, el cual la hizo dichosa hace seis meses, pero su corazón también está al lado de Yamisleivy, de Elsa, y de todos los demás enfermeros desplegados por el mundo para acabar con esta enfermedad que nos ha detenido el tiempo, pero nos ha hecho confiar más en nuestros ángeles, que, en lugar de alas, usan cofias.

Tomado de Radio Rebelde

 

 

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